sábado, 6 de septiembre de 2014

No es la primera. Y no será la última torrentosa contaminación sobre las aguas del Golfo de Morrosquillo por parte de las entidades que tienen a su cargo el manejo (¿ ?) del petróleo en la zona, entre quienes descuellan: Ecopetrol y Ocensa.  

Pero el grave asunto de la contaminación continuada y agresiva sobre el ecosistema marino y terrestre en esta extensa zona del Mar Caribe, con centro en los municipios de Tolú y Coveñas, no es solo con el petróleo. También,  de manera cotidiana pero menos visible, opera la contaminación con el cemento (ayer Tolcemento, hasta hace poco Argos, y ahora COMPAS: Grupo Argos y Southem Port Holding Inc.) con credencial de larga tradición en esta onerosa misión degradadora del ambiente que reduce las expectativas de vida de las próximas generaciones. 
Ahora mismo (en tiempo real) estamos aun padeciendo la más reciente avalancha del prieto mineral de origen fósil-animal en una extensión no precisa, pero sí de carácter  invasiva, tanto hacia el océano como a lo largo de la costa desde Coveñas siguiendo hacia el norte…, más allá del sector de “Camino verde”. 


Si se tiene en cuenta el impacto contaminante de este último derrama, que parece doble: Por barco y, tubería de oleoducto que llega a la costa, con sus daños que comprometen la riqueza ictiológica diversa del mar, sus aguas, impidiendo la actividad de la pesca y las re-creativas de residentes y turistas, cómo entender que semejante tragedia, paradójicamente no se deje ver; no se haga visible? 

Sin lugar a dudas que este pertinente interrogante, encierra la otra cara del problema. El analfabetismo,  el poder de la corrupción que ha colonizado la mente de importantes sectores de sus habitantes, el “ejemplo” perverso de quienes desde lugares de privilegio de la institucionalidad municipal, ejercen prácticas disolutas con las que, entre otras,  drenan el patrimonio, bienes y dineros públicos, y propagan con su actuar y decir, los perores vicios de una sociedad descompuesta. Es decir, se trata de la entronización no declarada del reino de la miseria moral. Caricaturescamente se trata de la “vulgaridad bien vestida usurpando sitiales de “distinción”: oficinas de palacio,  carros de alta gama adquiridos con plata del tesoro municipal para uso privado…, exhibiendo sin sonrojo alguno su riqueza más abultada,  carecer de todo escrúpulo.  Al lado de este grotesco paisaje, la indiferencia de las mayoría, que incluye a quienes ejercemos labores públicas de acrisolada dignidad como el oficio de Enseñar (Educar) y hacer cultura a través de la actividad artística plural.

Y claro,  en un entorno social así,  altamente contaminado,  donde pulula silvestre la mala hierba -que se hace pasar por planta medicinal, comestible y  estéticamente conformada-, el cuidado de la naturaleza,  su sostenibilidad con base en una organización económico-productiva racional que conviva armónicamente con el ambiente, para el buen vivir de todos los asociados, y qua asegure ese mismo equilibrio saludable para los que vienen detrás, es inconcebible; ello no cabe en una escala de valores que es la inversión de todo valor.

Sólo así es posible entender que quienes fungen de autoridad en alianza con personajes cuyo imaginario lo preside el signo $ (pesos), en nuestro medio -más no solamente-, en medio de una tragedia ecológica como la que nos afecta actualmente en la zona, antes que organizar la indignación y visibilizar el desastre para que los victimarios de estos crímenes contra la naturaleza y la vida, respondan por ello, de acuerdo a la Constitución y la ley, por el contrario, lideran, orondamente, gestiones mendicantes ante los mismos responsables,  para derivar ganancias pecuniarias!

Es el acabose! Con tan mísero proceder, lo que viene, serán nuevas avalanchas torrentosas de contaminación contra nuestras gentes, la fauna y flora de nuestro contexto ambiental costero, marino.
Para su propia defensa,  y por el derecho fundamental a la vida en un ambiente saludable, Tolú y la comarca ha de elevar a rango de prioritario y estratégico,  la organización de sus comunidades, liberándolas en ese mismo proceso, a través del debata y la lucha de ideas,  de los dirigentes y prácticas perversas que corrompen y esclavizan a la gente al  plano solo del subsistir y la subordinación a los vividores o avivatos de todos los tiempos.  

Y frente a este presente crítico e incierto amanecer, que muestra nuestra vulnerabilidad en cuanto a la relación de la vida en sociedad y su contexto ecológico-ambiental, cuál ha sido el pronunciamiento del presidente Santos y del ministerio del ambiente? 

Es obligación que éstos le digan y expliquen al país, cuáles las causas y los agentes responsables de este descomunal hecho de contaminación, como las medidas sancionatorias y de prevención para que situaciones similares no vuelvan a ocurrir. 

Ramiro del Cristo Medina Pérez.